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20 de abril de 2018

Cómo podemos ayudar en la conservación de nuestros Monumentos Históricos

¿Qué son los monumentos históricos?

Son edificaciones que por su valor histórico o artístico o por su antigüedad deben ser conservados para el conocimiento y disfrute de las generaciones presentes y futuras. En México, desde el punto de vista legal, se reconocen como Monumentos históricos aquellas construcciones construidas entre los siglos XVI y XIX que han sido declarados como tales por el presidente de la República, o en su caso el Secretario de Educación Pública. Sin embargo, podemos reconocer como edificaciones históricas aquellas que nuestra comunidad considera valiosos por representar su historia y su identidad cultural.

Estación de Ferrocarril de Teotihuacán Teotihuacan en BiciEstación de Ferrocarril de Teotihuacán. Fotografía. Teotihuacán en Bici

Los expertos en conservación y restauración del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) nos explican que, por su antigüedad y sus materiales son edificios frágiles y deben ser tratados de forma especial, usando técnicas tradicionales; es decir, acordes a como se hicieron originalmente. Esto se debe a que los materiales modernos usados en la construcción son incompatibles, porque sus características son muy distintas y si se agregan a monumentos históricos pueden afectarlos y deteriorarlos irreversiblemente.

Pero ¿por qué se dañan y qué podemos hacer para protegerlos?

¿Por qué se dañan?

Los principales motivos son los siguientes:

  • Por el envejecimiento natural de los materiales.
  • Por factores del medio ambiente como lluvia, viento, sol, animales, relámpagos, plagas, terremotos o huracanes.
  • Por la acción del hombre, como la negligencia en el cuidado del edificio, la falta de mantenimiento, el uso inadecuado del mismo, una mala instalación eléctrica o hidráulica, modificaciones estructurales incorrectas, grafitis, vandalismo, explosión de cohetes cerca del monumento, o adornos en sus fachadas y muros.
Parras, Coahuila foto AIESEC Parras, Coahuila. Fotografía: AIESEC

¿Cómo los podemos proteger?

  1. Mantenga siempre limpio el inmueble, azoteas, pasillos y descansos.
  2. Evite la acumulación de basura o escombro alrededor.
  3. Revise constantemente que las bajadas de agua estén libres para que fluya la lluvia.
  4. Retire plantas o hierbas de techo, campanarios y paredes de los edificios para evitar filtraciones o humedad.
  5. Si hay grietas, rellénelas con mortero de cal y arena cuando los muros estén secos. No debe usar cemento porque es impermeable y favorece la acumulación de humedad en el interior del muro.
  6. Quite hongos, musgos y líquenes con agua, tallando con un cepillo. Después enjuague la superficie con agua limpia.
  7. Reponga faltantes de aplanados con mortero de cal y arena.
  8. Recubra faltantes de mampostería usando mortero de cal y arena y, si es necesario, utilizar piedras de una cantera local.

Para el uso de morteros de cal y arena puede consultar a los especialistas de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC al teléfono (01 55) 5022 3410, ext. 413253 o al Centro INAH de su estado.

* Este es un extracto del folleto Conservación preventiva para todos del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Páginas 27-30